Crítica de La cumbre escarlata
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Póster de la película / filmaffinity |
Guillermo del Toro no ha decepcionado en su último trabajo. La cumbre escarlata (Crimson Peak) es una historia de amores,fantasmas y secretos muy digna. No es una película de terror, pero este thriller gótico tiene una atmosfera estremecedora, a la vez que romántica y llena de intriga y tensión.
La historia comienza sin enganchar, sin embargo poco a poco se van introduciendo elementos y personajes que aportan misterio a la trama. El problema de la película es que tanto el primer como el segundo acto son más bien flojos comparados con la cinta en su globalidad, y pese a que no se hace demasiado pesada parece que la trama tarde en arrancar. Como thriller está muy bien conseguido porque resulta intrigante, misterioso y aterrador en según que momentos. La película se vuelve en una emocionante locura ya en el tercer acto, cuando parece que Guillermo del Toro se despierte por fin y haga la película que se ha estado esperando durante todo el visionado. En este último acto el ritmo no decae en absoluto, y nos ofrece un espectáculo sensorial intensísimo. Sentimos emoción y adrenalina ya que la parte final es trepidante, de sobresaliente. Una pena que los dos primeros actos estén tan lejos del nivel del último, ya que sino estaríamos hablando de una película de una calidad mucho mayor. Los sustos tienen una buena intención pero tampoco son de lo mejor conseguido.
En el apartado de las interpretaciones hay un nombre a destacar con mayúsculas: Jessica Chastain. Simplemente para quitarse el sombrero, la actriz californiana se come la pantalla desde su primera aparición solamente con su mirada y es sin duda uno de los puntos a favor de la película. Su personaje es sencillamente sobrecogedor. Tom Hiddelston también está bastante bien, y Mia Wasikowska simplemente está correcta.
En lo relativo a la concepción del diseño visual, artísticamente tiene una personalidad propia, muy del estilo de Del Toro. El director mexicano vuelve a regalar una vez más una puesta en escena de fantasía e imaginación al mínimo detalle. La fotografía se complementa perfectamente, otro punto a favor. Siguiendo en aspectos técnicos la música no estorba en absoluto pero no llega a emocionar.
El guión, que es lo más importante, se nota que está bien trabajado, y va dejando pistas sueltas desgranando poco a poco el desenlace de la historia, hasta el clímax final. Del Toro logra en este clímax atrapar al espectador sin ningún tipo de contención. En este sentido La cumbre escarlata no peca de ser políticamente correcta, y esto es bueno, ya que algunas dosis de gore le añaden impacto y dramatismo a los hechos. Es una película salvaje en muchos momentos, sobretodo en el tercer acto. También hay que decir que la película y la historia están hechas de un especial romanticismo que la hacen agradable, bonita y elegante.
En definitiva, una película muy a tener en cuenta y que acaba resultando una gratificante sorpresa, ya que no se queda tan lejos del nivel de El laberinto del fauno.
Nota de la película: 7, 4